viernes, 16 de noviembre de 2007

TRABAJO DE LA EXPO


Bueno, coloco en mi blog el artículo de opinión que el profe de medios de comunicación nos mandó como deberes. A ver si así me voy animando y sigo escribiéndoos cosicas interesantes.



EXPO 2008, OBRAS 2005, 2006, 2007

Jueves, día 15 de noviembre de 2007, quedan “sólo” 212 días para que se inicie la Exposición Internacional de Zaragoza. Me he decidido a entrecomillar ”sólo” porque, a simple vista, para alguien que nada sabe de construcción, arquitectura o ingeniería, el estado actual de las obras de los diferentes pabellones y de las calles de la margen izquierda de la ciudad me invitan a pensar que no va a dar tiempo de que queden completamente terminadas. De ser así resultaría extraño… Lo mismo decían de la Expo de Sevilla o de las Olimpiadas del 92 en Barcelona. Aquello fue motivo de burla, quién no recuerda el gag de Josema y Millán -Martes y 13- imitando a los Niños de San Ildefonso cantando cual premio gordo de Navidad “NO LES VA A DAR TIEEEEEMPO” en su especial de Nochevieja del año 1991. Llegado el momento pudimos comprobar que todas las obras quedaron bien, y ambos acontecimientos ofrecieron una buena imagen de nuestro país a nivel internacional. ¿Pasará lo mismo en Zaragoza? Ojalá.
En otro sentido pienso: ¡”Todavía” faltan 212 días! La explicación: obras. Residiendo en la ciudad, en la margen izquierda (junto al polémico Balcón de San Lázaro) se lleva con resignación el asunto. Circular resulta complicado, incluso en moto, así que cada mañana y tarde una se arma de valor y sale, y se encuentra con que la dirección de una calle ha cambiado o que en la avenida de tres carriles -que ya hace un mes tiene dos- pues queda uno y el atasco es descomunal. El contratiempo no queda aquí, salir a caminar conlleva incluso poner en riesgo la integridad física. Algunos pasos para acceder al centro de la ciudad se han estrechado tanto que hay que atravesarlos en fila india (véase el de la calle Sobrarbe al Puende de Piedra). Y otro dato curioso, en cruces importantes se han suprimido TODAS las aceras, de modo que se camina bordeando la mismita obra. Al llegar al final una se siente contenta, por eso de estar sana y salva y ver tan de cerca la evolución de los trabajos, pero segundos después la sensación de felicidad desaparece. De un vistazo te das cuenta de que los zapatos y la ropa no son lo mismo que hace unos minutos; ahora se parecen más a lo que lleva puesto un turista al regresar de un safari por el desierto.
Armémonos de paciencia todos. Quizá, con el pretexto de la Expo 2008, merezca la pena haber padecido todas estas obras al mismo tiempo para poder disfrutar, por fin, de una ciudad más bonita y moderna.
En lo concerniente a la especulación, el incremento desmedido del gasto inicialmente presupuestado (con el consecuente aunmeto de impuestos) o el abandono de lo edificado son cuestiones distintas que criticar más adelante. Total, “sólo” quedan 212 días “todavía”.
CELIA MAIRAL GALLEGO

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